lunes, 11 de diciembre de 2017

El final es el comienzo

Las luces del Real Teatro de las Cortes se fueron apagando paulatinamente con el eco de los aplausos del público que llenó el histórico recinto en una sesión magnífica: la presentación del segundo disco de Random Thinking, Right here and now. Tan alta ocasión merecía tirar de épica, de sueños, de constancia, de mentalidad ganadora y los profesionales sobre el escenario pusieron toneladas de todo ello para impulsarnos hacia melodías de otro tiempo y otro lugar que sonaron cercanas, humanas. Sonaron a Aurora y a Ángel. Sonaron a dos hermanos con una idea y un proyecto común bien ideado y mejor elaborado. Random Thinking es sinónimo de éxito y lo corroboraron en Las Cortes con un show bien medido y trenzado con el que dejaron la impronta que solo quedan en las más elevadas ocasiones. A su favor también jugó el verse acompañado por un grupo de músicos eficientes, que sin grandes alharacas, supo arropar bien a los grandes protagonistas de la función.

Foto: @zuhmalheur
Un largo y (a veces) tortuoso camino es el de la música. La farándula tiene estas cosas. Que es muy agradecida cuando suenan aplausos cercanos e insistentes pero muy dolorosa cuando te vas haciendo el camino. It's a long long road habla de eso. Es su primer single del nuevo disco. Es su canción fetiche y el concierto acabó con la épica de un tema pleno de matices rock y atemperado con la voz celestial de Aurora. Música en creciente ascenso, momento de gloria, éxtasis colectivo y la gente vitoreando y aplaudiendo. Es lo que merecen los Mesías de la música. Es la recompensa atribuida a un gran trabajo.

Los finales pletóricos son seña inequívoca de que antes el público se ha ido calentando con un puñado de canciones que en directo suenan bien ensambladas, perfectamente armónicas y lo suficientemente potentes. En acústico son un puntal. Saben defender a la perfección su repertorio, pero este nuevo disco de los isleños tiene grandes momentos para ser acompañados por una banda. Live to tell o Gonna take some faith suenan a gloria con la banda, aunque se agradecen los momentos íntimos, el mano a mano entre hermanos, acústica frente acústica, la voz desnuda de ella, el genio musical de él. El concierto tuvo su puente más cercano, más intimista con unos pocos temas (versión incluida del viejo blues de Robert Johnson, Malted milk) con el que quieren reivindicarse en esta parcela. Las parcelas intermedias del concierto en Las Cortes también sirvieron para echar un vistazo a ese primer disco con el que el mundo empezó a conocer a Random Thinking. Hubo recordatorios en forma de canciones como Shocked plant y Off season, entre otras.

Pero la noche pertenece a los amantes como aullaba Patti Smith. Los amantes de un sonido, el de Random Thinking que se ha vuelto más acerado, más centrado en sacar distintos matices sonoros a su música. Con Fear y We just don't really care, asomaron su parte más radical, su propuesta más innovadora por cuanto son temas complicados, plenos de experimentación. El segundo incluso, se quedó fuera del tracklist final del album. Fue una sorpresa su inclusión en el repertorio del show y también una pena que se quedara finalmente fuera del disco.

El concierto comenzaba tocando diversos palos. Desde el instrumental Distant hearts, pequeña perla sumida en la belleza hasta una primera aproximación a It's a long long road pasando por la calidez vocal y sonora de Southern blood, uno de los temas más redondos de este disco, pieza que es una prueba de la madurez del sonido de la banda isleña.

Y hemos llegado al final que es principio. El final como comienzo. Random Thinking ponen un punto y seguido con este concierto en su tierra. Es ahora cuando comienza todo. Cuando Right here and now va a empezar a rodar por toda la geografía nacional (¿para cuándo el salto a otros escenarios allende nuestras fronteras?). Es ahora cuando Aurora y Ángel tienen en su mano la posibilidad de ser únicos en su especie. Aquí y ahora. Es el momento de comenzar. Es el momento de Random Thinking.

No hay comentarios: