sábado, 11 de noviembre de 2017

La medalla de Chiquito

La luz de Chiquito, con la que nos ha guiado por el camino del humor, de la felicidad, se va apagando poco a poco. Tiene ganas de encontrarse con su Pepita que le dejó solito hace ya unos años. Y desde entonces, Gregorio, nuestro Chiquito, estaba más tristón. Ya no soltaba tantos jaaarl, ni llamaba fistros a los que se cruzaban con él agradeciéndoles con sonrisa eterna todo lo que este malagueño universal ha hecho por todos nosotros.

Creo que estamos en deuda con Chiquito de la Calzada. Por llevar toda la vida trabajando por hacer felices a los demás. El éxito le llegó de mayor pero a tiempo. Lo ha disfrutado mucho y bien. Hasta que se le van yendo las ganas de vivir. Por eso, antes de que pase algo que nadie quiere, yo quería darle mi reconocimiento -que es también el de todos vosotros, lo sé- y a buen seguro que él, estará contento con eso. Es así de humilde.

A los que pedís (con justicia) que a Chiquito había que darle la Medalla de Oro o de Plata de Andalucía e incluso el que le nombren Hijo Predilecto, creo que ya vamos tarde. Yo no le quiero ver en el listado de premiados junto a la Duquesa de Alba, Felipe, un arzobispo o la Pantoja. Para mi, la mejor medalla que se va a llevar el gran Chiquito es la sonrisa de la gente.

Y ahora, pecador de la pradera, deja de quedarte con todo el mundo y despierta de ese coma para cagarte en nuestras muelas una vez más.

Ale, un chistaco...


Y Gregorio por malagueñas...



No hay comentarios: