miércoles, 11 de mayo de 2016

Nui cuisin

Yllana lo ha vuelto a hacer. Ha cogido un poquito de mala baba, una pizca de postureo, unas migajas de humor descerebrado y hora y media de diversión para un público que degustó las delicias de la nui cuisin ofertada en Chefs, uno de los múltiples espectáculos que la compañía tiene en cartel. Y es que esta gente es incansable, oiga.

Ché, ché, ché, ehpera, ehpera. Nui cuisin eh eh, nui cuisin... ooooh... Venga, venga.... oooooh (joder, qué difícil es seguir el texto de la obra sin gestos, sin rostros, sin muecas, sin movimiento, sin una mínima escenografía y sin la complicidad del público). Vuelvo a la crónica normalita de toda la vida que para eso me pagan (ehem).

Chefs es la nui cuisin, el plato estrella del cocinero estrella del país estrellado. Aquel que ante el fracaso acude a la tradición, al regazo de la mamma que es la depositaria de toda la sabiduría que en realidad no es capaz de aplicar un producto de la sociedad convertido en cocinero elevado a los altares de la fama. La mala baba recorre toda la obra aunque no llega a masacrar al personaje del chef estrella que debe recurrir a sus desastrados pinches para salir de la mierda tras patinar con su mejor plato y renacer tras tocar fondo y de paso, conocer truquitos de otras gastronomías.

El caso es que Chefs apuesta por seguir analizando los vicios, los amaneramientos y ciertas miserias de la sociedad en la que nos hemos convertido. Un ecosistema en el que vivimos endiosando a ciertos tipos por nimiedades, olvidando que quizás dentro de la tradición se halla el secreto del éxito.

Ché, ché, ché, ehpera, ehpera. Tá tú mu serio eh... Tsss, tsss, tsss... Nui cuisin.... (qué difícil es hacer lo que hace la gente de Yllana)...

Pero, ¿saben qué es lo más importante de todo? No, no es la disección de las tontás que tenemos como seres humanos, ni una desmitificación de la culinaria actual, ni disertar sobre las famas y las deudas que se contraen con ella. Es, simple y llanamente, la risa. Risa unida a la expectativa de saberse parte del espectáculo, que es lo más maravilloso que uno puede vivir dentro de un teatro.

Así uno hace una digestión de categoría, señores...


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