viernes, 29 de enero de 2016

Todos se equivocan


PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos. Todos se equivocan. Todos se están moviendo para que no se mueva nada. Todos irresponsables.

Francamente, estoy pasmado con la inacción, la ineficacia y el desdén con que los cuatro principales partidos de este país están tomándose el tiempo posterior a las elecciones que arrojaron el panorama político más complicado de armar. Cierto es que no hay mayorías claras pero sí que puede haber gobierno... pero no hay voluntad de que lo haya. En esta tesitura, los españoles pueden tener la seguridad plena de que estos cuatro partidos les están engañando. Todos se equivocan.

Se equivoca el PP con su total pasividad. No quiere mover pieza (la falsa entrevista radiofónica de Rajoy con Puigdemont así lo atestigua). El presidente en funciones no quiere ir a la investidura porque sabe que no tiene nada que hacer. ¿Solución? Hacer una dejación absoluta de sus funciones. ¿Qué pensarán los 7,2 millones de obnubilados votantes peperos al ver que su candidato no mueve ni un dedo? Iba a decir que sentirse contrariados, pero viendo que 7,2 millones de españoles han votado al PP problablemente les de igual.

Se equivoca el PSOE por su total indefinición. Pedro Sánchez es como un jedi seducido por el Lado Oscuro. Sabe que tiene que pactar con la izquierda, porque es la luz, lo que la historia de su centenario partido dicta, pero dentro de esa organización hay lores sith que buscan el camino más corto, más seductor, que es pactar con la derecha y que todo cambie para que todo siga igual. La salida digna para Sánchez (y sorprendente) sería la dimisión y que el PSOE -un juguete en manos de la vieja guardia socialista, de los barones interesados y de un Podemos que busca el sorpasso-, se consumiera en su propia salsa... hasta quedarse seco.

Se equivoca Ciudadanos por su exasperante actitud de falso centrismo. Rivera está a verlas venir después del fracaso a medias ver cómo quedaba cuarto en la carrera electoral, cuando ya se veía de presidente. La falta de modestia de los nuevos partidos es escandalosa y la pose de niño bueno y de centralidad de Rivera no deja de ser otro palo en las ruedas de la gobernabilidad de este país. Ciudadanos no propone porque no tiene nada que ofertar.

Se equivoca Podemos por su total falta de escrúpulos a la hora de acaparar poder. Pablo Iglesias (listo él) lanza el órdago a Sánchez para gobernar junto a IU, pero lo hace por pura autoidolatria y por su afán de protagonismo. Iglesias quiere liquidar al PSOE creyendo que gobernando con ellos tomarán la iniciativa. De ahí que busquen ministerios golosos. Pero en esa oferta a Sánchez, se ven las incoherencias ideológicas de un partido como Podemos que busca enarbolar la bandera de la izquierda cuando su verdadero ideario es el posibilismo. Puro y duro. Todo fachada. Aún así, el mal menos malo del que podamos soportar los españoles de bien.

Entre este panorama y las (falsas) líneas rojas que cada partido se autoimpone por el miedo a negociar y gobernar, los españoles estamos viendo cómo nuestro futuro se basa en cuatro opciones, cuatro partidos que están fundados en la falsedad y la inacción.

Suerte.

2 comentarios:

Fernando Perea dijo...

Excelente análisis. Punto de vista preciso.
Quizás, en mi opinión, la repetición de elecciones con un resultado similar al que marcan las encuestas (discreta subida del PP a costa de Ciudadanos -el tan inútil 'voto útil'-, y la posibilidad de 'sorpasso' o no de Podemos a los socialistas- en función de la cabeza de cartel que exhiba el PSOE en la nueva convocatoria-)puedan sacar el carro que está ahora atrapado en el barro y no rueda.
O no, y volvamos a este nuevo punto de salida, cuán `Dia de la Marmota Española'.
El problema no es la salida del carro, más bien es la dirección que toma. Coincido que el 'posibilismo' es el mal menor. Aunque sigo siendo tan Quijote como para desear que yerres en tu etiquetado, y que la ideología gane a la navegación por la realidad. Pocas cosas nos darían más tristezas que descubrir -poco tiempo después- que el morado no significa el camino a la III República, sino el 'heráldico' color de un Tsipras a la española.

Miguel A. dijo...

Coincido también en tus apreciaciones. Sabemos qué es lo que conviene a este país y que salida tiene que ser por la izquierda. Tomando el lenguaje de la Transición, todos tienen que ceder y todos tienen que ser generosos, cuestión que me parece bastante complicada.

Personalmente, soy bastante pesimista, aunque deseo un acuerdo...