lunes, 20 de julio de 2015

El aire y las respuestas

No es teatro. No es un monólogo. No hay dramaturgia. No hay texto cerrado. (Casi) no hay escenografía. La luminotecnia es básica. Todo esto es otra cosa. ¿Qué? No lo sé. Las respuestas quedan en el aire del teatro, como bien se encargó de recordar Alberto San Juan durante las casi dos horas de función de Autorretrato de un joven capitalista español, el montaje con el que se inauguraron los Miércoles de Teatro del presente año en el Moderno.

Foto: Paco López
Difícil de catalogar este espectáculo surgido a rebufo de la situación política que se vive en España en los últimos años. Más que un monólogo, San Juan quería presentarnos una conversación donde solo hablaba él a través de una abrumadora ristra de datos y fechas con las que quería dar continuidad a una narración que a veces se perdió en el doble juego que propuso el intérprete. Por una parte, levantar una historia pseudobiográfica en la que un joven español busca los porqués de su vida actual. Por otro lado, los hechos que, a su parecer, han llevado a ese joven a vivir como vive. Pero la sinapsis se perdía en ciertos momentos, haciendo perder ritmo a una narración que vibraba en la voz del actor madrileño, sabedor de que es un auténtico experto en poner sobre el tapete datos con los que ofrecer al espectador una partida a la que jugar. El público aceptó de buen grado. Y recompensó al solitario actuante con aplausos y risas.

Pero las preguntas quedaron en el aire y las respuestas se dieron por sabidas, toda vez que intuimos que el Capital es malo maloso y lo bueno es "cambiar el mundo" desde un punto de vista un tanto näif. Ojo, no quita esto a que Alberto San Juan tenga más razón que un santo, pero la manera de exponer los eventos peca de romanticismo que no despoja de cierta credibilidad al mensaje general.

Las grandes corporaciones, las entidades supranacionales, los gobiernos de uno y otro bando, la relajación ciudadana, la CIA... Todos se llevaron un repaso exhaustivo en boca y piel de Alberto San Juan, que luchó denodadamente por no decaer en el ritmo, sabedor de la gran cantidad de información que estaba proporcionando. Las gotas de humor fueron su principal aval para alejarse del aburrimiento y la conexión con el público fue total, cosa que se agradece en un formato extraño (aún ando buscando cómo denominar este género de actuación) que a pesar de lo desnudo de su propuesta gozó del favor del respetable.

¿Qué busca Autorretrato de un joven capitalista español? Ser correa de transmisión de quienes quieren cambiar el statu quo, precisamente de lo que Alberto San Juan estuvo hablando en este mismo medio en la entrevista que le hicimos hace unos días. De saber que de esos barros, tenemos estos lodos y que hay cambio posible. Que sí se puede, bramaba sobre el escenario el madrileño, pero pudiendo en confluencia. La unión que hace la fuerza, vaya...

P.D.: Ya sé como llamar a este nuevo género de actuación. Borrajismo.

No hay comentarios: