jueves, 19 de febrero de 2015

La memoria olvidada de Manuel Muñoz Martínez

La mañana se despertó fría en Madrid. La piedra del muro del Cementerio Este, gris y despiadada, aguardaba inmune al llanto, al sufrimiento, al temor y la rabia, la llegada de un preso al que iban a fusilar. El pelotón se apresuró a calar sus fusiles. Posición de disparo. El preso con la mirada altiva y seguro de su destino, consciente de que lo que lega fue una idea de una España democrática pero que ha sido cercenada por la fuerza de la ignominia. Los disparos retumban en aquella mañana de diciembre del 42 y el cuerpo del chiclanero Manuel Muñoz Martínez cae al suelo. Franco ganaba otra batalla mientras el mundo se envolvía en humo y muerte.

Quizás para esto sirva la memoria histórica que tantos han intentado dejar en el olvido. Conocer la vida de Muñoz Martínez, chiclanero que desde una sólida carrera militar fue uno de los más activos miembros de la izquierda republicana justo antes de la Guerra Civil y que tras estar involucrado en algunos de los más importantes hechos de aquella etapa histórica, huyó a Francia tras el golpe de Estado de Franco contra la democracia y allí fue apresado por la Gestapo que lo entregó de nuevo a España. Aquí le esperaba un juicio sumarísimo y la muerte.

Conocemos algo mejor a Manuel Muñoz Martínez gracias a la labor investigadora de Fernando Sígler, autor de Cautivo de la Gestapo. Legado y tragedia del dirigente republicano y masón gaditano Manuel Muñoz Martínez, libro editado en 2010. En este minucioso estudio vemos como nuestro protagonista vino al mundo en Chiclana en 1888. A los 16 años ingresó en la Academia de Infantería de Toledo y tras una etapa de ascensos fulgurantes en el escalafón militar, participó en la Guerra de Marruecos, concretamente en operaciones que tuvieron lugar en el Rif, donde incluso fue herido. Entre 1918 y 1919, Muñoz Martínez estuvo en Francia como miembro de la comisión militar española agregada al ejército francés, misión que, según señala Fernando Sígler, "le servirá en el futuro para el desempeño de sus funciones públicas, entre las que destacará su pertenencia a la comisión parlamentaria de Guerra en el Congreso de los Diputados en época republicana".

Muñoz era un militar identificado plenamente con la nueva situación política que inauguraba el advenimiento de la República. Ya durante la Dictadura de Primo de Rivera, había tomado parte en diversos movimientos contra el poder establecido como por ejemplo, la conspiración organizada a finales de 1929 que contribuyó a la dimisión de Primo. Fue en esos años cuando Muñoz se inició en una logia gaditana y "dentro de la institución siguió trabajando durante los años finales de la monarquía por el advenimiento de la República", tal y como nos comenta Sígler.

Por la verdad en Casas Viejas
Pero la dimensión política de Muñoz Martínez durante la República es lo que nos interesa vivamente, puesto que el chiclanero no desempeñó una tarea oculta o nimia en el nuevo tiempo político. Por tratar de ser breve y a la par, ecuánime, hay que decir que ocupó un escaño por Cádiz como miembro del Partido Republicano Radical Socialista, formación que se situaba a la izquierda del abanico de los distintos partidos republicanos. Al ser elegido diputado en junio de 1931, se dedicó por completo a sus actividades políticas y entre otros destacados papeles, fue miembro de la Comisión de Guerra de las Cortes Constituyentes y a partir del verano de 1932, de la de Agricultura. Entre otras tareas, formó parte de la Comisión parlamentaria extraoficial que se trasladó a Casas Viejas tras la negativa del Gobierno republicano a enviar una oficialmente designada por las Cortes. Ésta regresó a Madrid con testimonios durísimos y totalmente irrefutables de los vecinos acerca de lo que realmente había sucedido y que el Ejecutivo presidido por Manuel Azaña se empeñaba a ocultar. El propio Muñoz Martínez, aunque políticamente seguía respaldando a Azaña, impuso una visión que explicara con veracidad lo que sucedió en Casas Viejas e insistió para que se depuraran los hechos. "Debemos ver el grado de intervención de las fuerzas, y dentro de las fuerzas, quién diera la orden y quién la ejecutara; de dónde partió la orden que dio lugar a actos […] verdaderamente incalificables e inhumanos. […] Y para que se [hiciera] justicia a secas y a fondo, alcanzando a quien alcance y llegue adonde llegue", apuntó en un discurso en el Congreso de los Diputados un 23 de febrero de 1933.

Muñoz Martínez siempre tuvo clara su defensa del ideal republicano y sus firmes convicciones progresistas. Dentro del PRRS, Muñoz Martínez perteneció al sector más izquierdista, partidario de mantener la coalición con los socialistas y contrario al ala que optaba por coaligarse con los radicales de Lerroux. Cuando la primera corriente se escindió para formar un PRRS Independiente alrededor de Marcelino Domingo, Muñoz Martínez y bajo su influencia, la inmensa mayoría de los radicales socialistas gaditanos, se afiliaron en septiembre del 33 al nuevo partido para al año siguiente, participar activamente en la creación de Izquierda Republicana, desempeñando el cargo de presidente de esta formación en la provincia de Cádiz. Durante el bienio radical-cedista, fue el único diputado de la izquierda en ocupar un escaño por esta provincia en el Congreso, se mostró particularmente activo en la defensa de los militantes sindicales y políticos de izquierda encarcelados y aún tuvo tiempo para, en junio de 1934, oponerse al proyecto de amnistía de los implicados en la Sanjurjada de 1932 (el golpe de Estado del general Sanjurjo contra la legalidad democrática). Al triunfar la coalición de Frente Popular en febrero de 1936, Muñoz resultó el candidato más votado de toda la provincia y ocupó representación no sólo en varias comisiones parlamentarias sino que también desempeñó de forma interina el cargo de gobernador civil de Cádiz.

Guerra, exilio, presidio, muerte
Y llega el 18 de julio del 36. A las dos semanas de empezar la Guerra Civil, Muñoz Martínez fue nombrado director general de Seguridad, cargo clave que ocupó hasta diciembre de 1936. Durante aquellas confusas y trágicas semanas intentó, según Sígler, "encauzar legalmente la actividad policial en esta retaguardia republicana" y evitar los abusos extrapoliciales cometidos por grupos incontrolados, en un contexto en que el odio y el rencor político llevados al extremo, empujaban a ejecutar al adversario sin ningún atisbo de juicio justo. Fue en su cargo en la Dirección General de Seguridad cuando a Manuel Muñoz empezaron a crecerle los problemas. Entre el 22 y el 23 de agosto se asesinaron en la cárcel Modelo de Madrid sin razón alguna a casi una treintena de destacados prisioneros de derechas, a cargo de milicianos anarquistas. En noviembre tuvieron lugar las matanzas de Paracuellos y Torrejón. Muñoz fue acusado por las filas franquistas de ser uno de los principales responsables de ambas masacres así de como lo acaecido en la Modelo, aunque según las investigaciones de Sígler, nuestro hombre "no organizó las matanzas masivas de presos" ocurridas en esos lugares el 7 de noviembre, puesto que había abandonado la capital el día anterior. En un gesto que le honra, el propio Muñoz reconoció ante sus jueces franquistas que durante la guerra no todas las normas dictadas en el bando republicano para evitar las ejecuciones extrajudiciales fueron cumplidas.

Tiempos convulsos. Tiempos de guerra y de miedo. Muñoz siguió en Valencia como diputado de las Cortes por IR, antes de reunirse con parte de su familia cerca de Barcelona (otros familiares fueron encarcelados en Sevilla, entre ellos su padre), teniendo finalmente que cruzar la frontera francesa a finales de enero de 1939, antes de encontrar, con su compañera Araceli Zambrano (hermana de María Zambrano) y su hijo, asilo y ayuda en casa de unos familiares afincados en París. Mientras tanto, en la España franquista se habían acumulado contra él los cargos y los testimonios acusatorios. La entrada en la capital francesa de los nazis y la solicitud de detención de las autoridades franquistas a las alemanas, dieron al traste su deseo de trasladarse a Méjico, pues Muñoz fue detenido y encarcelado en octubre de 1940 a pesar de los esfuerzos por dejarlo libre de Barthélémy, ministro de Justicia del régimen colaboracionista de Vichy.

Encarcelado -como lo había estado Lluís Companys, el que fuera presidente de la Generalitat catalana- en la tenebrosa prisión de La Santé de París, resultaron infructuosas las gestiones de un familiar suyo de nacionalidad francesa encaminadas a conseguir una atenuación del rigor de su apresamiento. Sometido a juicio en enero de 1942, la Corte de Apelación de París hizo suyos los argumentos de las autoridades españolas, que lo acusaban de "asesinatos y robos" y concedió la extradición, la cual, tras ser refutada por Barthélémy, fue ratificada por el propio mariscal Pétain en abril de 1942. Muñoz fue entregado por la policía alemana a la española el 26 de agosto de 1942. Después de prestar declaración durante dos días en la Brigada Político Social de Madrid, fue encarcelado en la prisión de hombres de Conde de Peñalver de la capital, tras ser sometido a una parodia de juicio en el que se conculcaron las más elementales garantías procesales.

Manuel Muñoz Martínez, la persona, el político, el militar, el amante y el padre, fue fusilado en el cementerio del Este de Madrid el 1 de diciembre de 1942. Sus ideas, ocultadas por el olvido, hoy buscan la luz. Quizás, la memoria rescatada por parte de todos los chiclaneros, aún le sirva de homenaje.



Fuentes y bibliografía:
-Cautivo de la Gestapo. Legado y tragedia del dirigente republicano y masón gaditano Manuel Muñoz Martínez. Fernando Sígler Silvera. Edita Asociación Papeles de Historia (2010).



8 comentarios:

Milupita dijo...

Qué barbaridad y que despropósito. Ventilar la responsabilidad de este asesino en la muerte y el holocausto de miles de personas en las "checas" que él dirigía de forma sanguinaria en Madrid, con la frase "tiempos convulsos", "tiempos de guerra", me parece de una maldad extrema. El investigador que menciona debe de ser una "lumbrera" y de una moralidad "espeluznante". Yo sin investigar mucho, conozco a unos cuantos descendientes de personas torturadas en las checas que dirigía el enfermo mental y degenerado este. Y es curioso, no eran ni de derechas ni de nada, porque con menos de quince años, no se puede ser de nada y otros por ser seminaristas, y otras por ser monjas, y otro por leer el ABC.
Valiente pandilla de sinverguenzas, intentando cambiar la historia. Menos mal que las pruebas, los cementerios y los testimonios directos guardan fielmente la triste realidad de tan espeluznantes hechos y tan tremendo holocausto de inocentes.
Hace falta ser miserable para ensalzar a un asesino como este.
Al responsable del blog y al inteligente investigador no os vendría mal el ejercicio de una pequeña "transición" que otros muchos han tenido que hacer "tragando" lo indecible. ...al menos por la memoria de los menores que este sádico torturo y asesinó en sus checas de bellas artes y fomento.
Puedo aportar fotos, testimonios de familiares, testimonios de los ejecutores que obedecían las órdenes de este elemento, testimonios de los republicanos que se opusieron a sus órdenes en las reuniones de agosto del 36 cuando constituyó el COMITÉ PROVINCIAL DE INVESTIGACIÓN PÚBLICA como Órgano fundamental de represión y asesinato siendo el máximo responsable como Director General de Seguridad, etc, etc, etc.

Miguel A. dijo...

Pues si me puede aportar esas pruebas, con gusto las revisaría. Curiosamente, a pesar de cuarenta años de franquismo y de que la Historia (lo sabemos) siempre la escriben los triunfadores, no hay testimonios en la historiografía digamos más conservadora en la que hablen de los desaguisados de este señor, al que no conocía hasta que cayó en mis manos el estudio que cito en el artículo.

Agradecería por tanto que se ciñera en proporcionar esa documentación de la que habla y que obviara insultos tipo "sinverguenzas" o "miserable" porque lo único que hace es descalificar al que los escribe.

Mi dirección para remitir documentación (y posteriormente estudiarla en la Universidad) es bolanosbello@hotmail.com

Gracias.

Miguel A. dijo...

Milupita, sigo esperando la documentación para poner el caso en manos de los investigadores...

Anónimo dijo...

Miguel Angel puede usted leer los libros: Paracuellos una verdad incómoda, Autor Julius Ruiz, Editoria Espasa, y El terror Rojo Autor Julius Ruiz, Editorial Espasa, y obtener sus propias conclusiones.

Miguel A. dijo...

Desafortunadamente no tengo la intensa relación con Espasa ni con ese autor, pero sí con la carrera de Historia: soy doctor en esa disciplina y curiosamente, he estudiado bastante el periodo, hablando con gentes de uno y otro bando. Intrahistoria y oralidad se llama esa materia. No sabe usted de lo que se entera uno cuando rastrea en la verdadera historia y no en ciertos libros.

Anónimo dijo...

Estimado Miguel A.:
Con todos mis respetos hacia su ciencia y sabiduria, no puede Usted poner en entredicho la labor y calidad intelectual de un doctor en historia, como usted, solo que profesor en la Universidad de Edimburgo y discípulo del hispanista estadounidense Stanley Payne.
Mire usted, Miguel A.: tiene usted que tener en cuenta que toda la legitimidad correspondía a la República pero ésta la pierde absolutamente a nivel internacional en los tres primeros meses de guerra, cuando permite, haciéndose autista, el establecimiento de las checas, los fusilamientos sin control y las sacas de cárceles. Pierde toda la razón de ser. Y no crea que esto lo opino yo sino que se corresponde con lo que dice Carlos de Juan Rodríguez (Subdirector general de seguridad republicano en ese periodo brutal) en su obra: La voz omitida: carta de Carlos de Juan Rodríguez a su familia. Si no ha tenido la ocasión de leer este testimonio, se lo recomiendo que lo haga porque ese señor es "poco sospechoso" de antirepublicanismo.
Es más, es un hecho cierto y está históricamente probado que el "creador" del Comité Provincial de Investigación Pública (Checa de Fomento) fue el señor D. Manuel Muñoz Martínez. Y eso es así , mal que le pese a alguno.
Reciba un cariñoso saludo.

Miguel A. dijo...

Le doy la razón en que en los primeros meses de conflicto, la República perdió los papeles, figurada y literalmente. Por ello, ciertas facciones adheridas a la legitimidad republicana empezaron a organizar esos recursos de represión que fueron las checas. En cuanto a que Muñoz Martínez fuera creador de una checa, pues oiga, le repito, tendré que ver documentación donde se pruebe eso y a día de hoy, que yo sepa, no existen. Y en cuanto a las referencias historiográficas referidas al señor Payne, pues mejor no hablamos, puesto que sabemos lo torticero de sus planteamientos a la hora de contar la historia de la Guerra Civil.

Anónimo dijo...

Para el que quiera informarse un poco:


https://www.youtube.com/watch?v=GzgDNG7726E

En el minuto 9:01 se hace referencia a Manuel Muñoz