lunes, 4 de agosto de 2014

Kierkegaard nos persigue


Nos sigue alguien. Lo noto, lo huelo, intuyo su presencia, su sombra lánguida, su vocecita apenas apreciable. Miro hacia atrás y se muestra esquivo, huidizo. Viene tras nosotros, es implacable, quiere alcanzarnos, ponerse a nuestra altura, ser siniestra compaña en noche oscura. Surgen el miedo y las preguntas: ¿qué querrá de nosotros? ¿Por qué nos persigue? ¿No podremos zafarnos de nuestra presencia? Nos comemos el coco más y más. Huimos, cada vez más rápido, no encontramos respiro de este ser que nos atenaza, que nos desasosiega... El horror...

A los pocos metros, se detiene, se muestra, nos mira y decide volver sobre nuestros pasos. Kierkegaard nos da la espalda pensando en lo gilipollas que hemos sido haciéndole protagonista de nuestros desvelos... Hijoputa gato.





Kierkegaard, de espaldas. Misterio.

No hay comentarios: