sábado, 16 de agosto de 2014

Melendi y la Educación para la Ciudadanía


Crónica de un concierto al que no asistí… y menos mal...

Asturias tiene cosas muy valorables. Sus quesos, sus paisajes, sus culines de sidrina, Víctor Manuel, David Villa, las ovejas xaldas, el Cantábrico, las morcillas… Pero Melendi no es una de ellas. Lo que voy a hacer, señoras y señores, es un ejercicio de funambulismo puro. Así, a bote pronto, sin red que me sostenga. Apréstome a realizar la crónica de un concierto al que no asistí… por fortuna. Como el señor director de esta publicación no me obliga a ir a todos los actos, decidí quedarme en casa viendo una película interesantísima en vez de aguantar al asturiano.

Y es que el asturiano dio lo que le pedían… Horita y media (supongo), de sus canciones que han llegado varias veces al número 1 de los 40 Principales (que si no llegas ahí, copón, no eres nadie) y que fueron coreadas (sigo suponiendo) por sus tres mil enfervorecidos seguidores (también es de suponer). Les podría desglosar aquí el listado de temazos que el chico cantó ante sus parroquianos, pero qué quieren que les diga, no me sé ninguna y tampoco tengo ganas de abrir la Wikipedia para informarme. Eso sí, a lo lejos sonaba algo parecido a música con cierto vocerío que yo presumía se trataba del propio Melendi (algún día que me explique de dónde viene el nombre artístico). Esa peculiar voz nasaloide a medio camino entre el kinki de Carabanchel y un Dylan con constipado. Eh eh, borren lo de Dylan. El genio de Duluth no se merece que lo meta en estos líos… aunque probablemente cante peor que hasta el propio Melendi. Pero Víctor Manuel canta mejor… Arrastrao, pero mejor.

Pues eso, que “tocaron” varias cancioncillas y fue de agradecer que a las 12 ya habían terminado y pude salirme a la terracita de mi casa a tomarme una birra, que a buen seguro el propio Melendi hubiese compartido conmigo. Hablando de estimulantes. Al asturiano le dio por sentar cátedra acerca de las drogas. “Chicos, no compréis droga. Haceros estrellas del ¿pop? Os la darán gratis”… Bueno, eso no lo dijo pero casi. Los pasajeros de aquel vuelo a México aún tienen que estar acordándose de los ancestros de Melendi y no aplaudirían ese gesto de bonhomía del cantante. Melendi a favor de Educación de la Ciudadanía. ¡Bravo!

Y no sé qué más contarles. Ah, sí, luces y sonido, guay. Ya se sabe, las maniobras de distracción y la teatralidad vienen muy bien cuando no hay mucho más que enseñar… salvo que la droja es mala.

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