COLBERT Y MAZARINO

No fue real. No que nosotros sepamos. Es un diálogo recogido en una obra de teatro pero es muy revelador porque lo que pudo ocurrir en la Francia del XVII ocurre ahora mismo... aquí.

Hagamos un poco de historia...

Desde 1643, tras la muerte de Luis XIII, el cardenal Mazarino gobierna Francia bajo la regencia de Ana de Austria en nombre del joven rey Luis XIV. Sus bienes se calculan como la mayor fortuna privada del Antiguo Régimen, doblando incluso la que había amasado su predecesor, Richelieu. El desmesurado enriquecimiento del cardenal se produjo en menos de diez años (1652-1661):

El diálogo...

-Colbert: Para conseguir dinero, hay un momento en que engañar al contribuyente ya no es posible. Me gustaría, Señor Superintendente, que me explicara cómo es posible continuar gastando cuando ya se está endeudado hasta el cuello...
-Mazarino: Si se es un simple mortal -claro está- cuando se está cubierto de deudas, se va a parar a prisión.

Mazarino... ese hombre.

Pero el Estado!!.., cuando se habla del Estado, eso ya es distinto!! No se puede mandar al Estado a prisión... Por tanto el Estado puede continuar endeudándose... ¡De hecho todos lo"Es Estados lo hacen!
-Colbert: ¿Ah sí? ¿Usted piensa eso? Con todo precisamos de dinero. ¿Y cómo hemos de obtenerlo si ya hemos creado todos los impuestos imaginables?
-Mazarino: Se crean otros.
-Colbert: Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre los pobres.
-Mazarino: Es cierto, eso ya no es posible.
-Colbert: Entonces, ¿sobre los ricos?
-Mazarino: Sobre los ricos tampoco. Ellos no gastarían más, y un rico que no gasta, no deja vivir a cientos de pobres.
-Colbert: Entonces, ¿cómo hemos de hacer?
-Mazarino: ¡¡Colbert, tú piensas como si tuvieras el cerebro como un queso de Gruyère!! ¡¡Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los pobres!! Son todos aquellos que trabajan soñando en llegar algún día a ser ricos temiendo llegar a ser pobres. Es a estos a los que debemos gravar con más impuestos... ¡cada vez más... siempre más...! A estos, cuanto más les quitemos, más trabajarán para recuperar lo que les robamos. ¡¡Son una reserva inagotable!!

El diablo rojo

. Antoine Rault.

Foto: Wikipedia.