sábado, 8 de octubre de 2011

ESPERANDO AL ATC


Q
ué! ¿Nos vamos? Sí, vámonos. Y no se mueven. El célebre final de Esperando a Godot, de Samuel Beckett, bien podría atribuirse también a la (in)acción del Gobierno central acerca del Almacén Temporal Centralizado de Residuos Nucleares. El famoso ATC del que hace un año tanto hablábamos porque había dos poblaciones cercanas a Albacete que querían acogerlo. Pues eso, la inacción más absoluta que se trasluce del texto de Beckett es comparable a la del Ministerio de Industria que dirige Miguel Sebastián.

Hace un año, miles de albaceteños salían a la calle para decir no a la instalación de este almacén de residuos nucleares en la valenciana localidad de Zarra. La presión ciudadana ha sido durante este tiempo, inmensa. Sin embargo, el proyecto de elección de la sede lleva semanas parado, a pesar de que las localidades que tienen centros nucleares en sus municipios demandan a Industria que se decida ya por alguna de las posibles candidatas. También hemos sabido que algunas de esas postulantes, se han retirado de la carrera nuclear.

Quizás el PSOE piense ahora que no vale la pena arriesgarse a perder unos cuantos votos más en una decisión que bien podría tomar el próximo Gobierno que salga de las urnas en mes y medio, pero ante la perspectiva actual, el Ministerio de Industria tiene que decidirse ya: o sigue adelante con los planes iniciados en 2009 y defiende con uñas y dientes una instalación que le parecía buena hace no mucho tiempo, o archiva definitivamente el caso.

Mucho nos tememos que la resolución al embrollo del ATC vendrá ya dada en la próxima legislatura. Sea el PP o el PSOE quien gobierne, cualquier decisión dejará descontentos por el camino. A día de hoy un ATC es necesario porque son más de 18 millones de euros los que el Estado tiene que pagar a Francia para almacenar allí desechos de algunas centrales nucleares españolas, pero está claro que a nadie le gusta tener de vecinos a los “amigos” plutonio o uranio.

Foto: El Pueblo.

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