martes, 11 de octubre de 2011

EL OTRO LADO DE LA MENTE


L
as cifras son claras: una de cada cuatro personas presentará una enfermedad mental a lo largo de su vida. Junto a ellas se encuentran sus familiares y allegados. Todos, también los profesionales del ámbito de la salud mental, soportan día a día el estigma y la discriminación asociados a estos trastornos. Subrayando la gravedad de sus consecuencias, hay que reivindicar la erradicación de esta lacra que llega a tal punto que incluso desalienta a las personas a reconocer que tienen un problema de salud mental, solicitar ayuda y seguir un tratamiento.

Las personas con enfermedad mental pueden llevar una vida plenamente normal. Son innumerables los ejemplos de quienes tienen una familia, una red social, un empleo y, en definitiva, un proyecto de vida. Sin embargo, para luchar contra tabúes, falsos mitos y prejuicios, es necesario que colaboremos en mejorar la atención a la salud mental, tanto para evitar la aparición de problemas como para facilitar la recuperación de los pacientes. Las herramientas ya las tenemos, aunque bien es cierto que nunca está de más “pedir un poco más”. Afortunadamente, en la actualidad disponemos de un marco legislativo que recoge iniciativas como la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia o la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, entre otras. Es importante señalar que este último documento fue aprobado por todas las comunidades autónomas y que favorece cuestiones como la prevención de conductas de riesgo y la educación en salud, la detección precoz, la erradicación del estigma, la investigación y la formación de profesionales de salud mental.

Es preciso seguir desarrollando sistemas de atención a la salud mental, especialmente del entorno comunitario por su eficiencia y eficacia, y evitar recortes en la inversión en este ámbito. La salud mental no es, ni más ni menos, que un asunto que nos afecta a todos de una forma extraordinariamente similar... y cercana.

Foto: El Pueblo.

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