sábado, 10 de septiembre de 2011

UN PASO ATRÁS


L
a política se construye con gestos. Pero algunos cuesta llevarlos a cabo. La actual diputada nacional y esposa del ex presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, Clementina Díez de Baldeón, ha anunciado su voluntad de no volver a concurrir a las elecciones generales que se celebrarán el 20 de noviembre y abandonar así la primera línea de la política. Eso lo hemos leído en los teletipos que nos llegan de agencias. Es una de las noticias del día. Una política que abandona la ídem.

En los últimos días, varios pesos pesados de la cosa política han abandonado o han expresado su intención de dejar la actividad pública. Una de las noticias del verano fue escuchar a José Bono, animal político donde los haya, decir que quizás sea el momento de dejar paso a las nuevas generaciones (de su partido, no las del PP), para que ocupen puestos de responsabilidad. Bono cree que todo lo ha hecho o lo ha conseguido. Incluso él mismo lo ha llegado a afirmar diciendo que tras ser ministro, presidente del Congreso y presidente de Castilla-La Mancha, parece que ha cumplido un ciclo. De esta forma, anteayer anunció que no volverá a ser candidato en unas elecciones generales.

Otra figura política de talla que lo deja es Manuel Fraga, reconvertido de ministro franquista a adalid del centro-derecha del país fundando Alianza Popular, reconvertida en el PP en 1990 tras el Congreso de Sevilla, donde dejó el mando a un joven José María Aznar (otro retirado, aunque no tanto), que seis años después se alzaría con el poder. Fraga lo deja después de haberlo sido todo (menos presidente del Gobierno), en la política nacional. Su familia -y su salud, aquejada por el pasar de los años-, así se lo han aconsejado.

En clave local, también tenemos algunos ejemplos, como por ejemplo los de Fernando Carreño, durante años concejal en el PP y que ahora vuelve a la escena pública, que no a la política, siendo nuevo director del Jardín Botánico. Lo hace además, con un gesto que le honra: no va a cobrar por desempeñar ese cargo. Por su parte, Rosario Gualda vuelve a la docencia después de estar cuatro años intensos apoyando al PSOE en el Gobierno municipal. Aunque se escuchan rumores de una posible participación en las listas de IU para las generales, de momento Gualda parece estar tranquilita en su actual ocupación.

En un país como este, es muy difícil dar ese paso decisivo de dejar la vida política. Quizás, el aferrarse al poder, al sillón, a la poltrona... y al sueldo... es demasiado goloso como para querer desprenderse de eso sin atisbo de preocupación. Quizás deberíamos aprender de otros países en los que el ejercicio de la política no es un cheque en blanco, y sí un compromiso temporal con la ciudadanía. Algunos olvidan ese presupuesto... normal que luego la política sea una institución poco valorada.

Foto: El Pueblo.

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