jueves, 15 de septiembre de 2011

PROFUNDIDADES ABISALES


U
n paso. Solo un paso es el que, al parecer, falta para que nos despeñemos por un abismo, según cuentan los expertos de la cosa económica. El espectro de la recesión sobrevuela de nuevo las economías casi que de todo el mundo, y ahora (antes no), los análisis se hacen en clave global. No aprendemos.

Con un problema grave de deuda, con la credibilidad por los suelos, con unos pocos valores seguros (el oro y la deuda de Estados Unidos y de Alemania), con tres países rescatados en la Unión Europea y uno de ellos que va camino de la quiebra técnica, los mandamases de la UE están desnortados, entre el ¿liderazgo? de Francia y Alemania, el “borrado” de los órganos de la Unión y varias e importantes decisiones que tomar.

Sin embargo, el problema no reside en la cantidad de poder con el que cuenta Europa, sino en que está gestionado de forma fragmentada. El declive no es irreversible pero hay que enseñar a Europa a mirar hacia afuera. Sin una visión común no puede existir un futuro común. A pesar de sus críticas hacia la falta de una política económica común o de una acción exterior coordinada, hay que destacar que incluso en época de crisis, Europa es la primera economía del mundo, el segundo bloque comercial y el primer donante de ayuda al desarrollo. No obstante la construcción europea -ese sueño de los padres fundadores de la Unión y en el que creían a pie juntillas europeístas como Kohl, Delors o González-, se halla en el momento más crítico de su Historia.

Europa está mal, reacciona agónicamente y está ensimismada, pero por otra parte, las otras potencias, tanto las clásicas como las emergentes, tienen más fragilidades que la propia UE. Es el momento de que tal y como dijo Joaquín Costa ante el desastre de 1898, Europa (en este caso) se ponga en manos de un cirujano de hierro que acometa con urgencia las reformas necesarias. El enfermo espera.

Foto: blog.mastercaf.com

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