miércoles, 24 de agosto de 2011

EL TECHO DE CIERTAS POLÍTICAS


R
eculando, tarde... y casi que mal. Zapatero está planeando, volando sin motor e intentando llegar a pista antes de que se pegue la torta final. Aunque a él ya ni le va ni le viene, habida cuenta que el 20 de noviembre, España se jugará el futuro en unas elecciones llenas de incógnitas.

Zapatero se está despidiendo con medidas de reactivación económica día sí y otro también. Lo hace por aquello de que no lo tachen de pasividad ante la crisis, pero lo hace al dictado de quien manda en la Unión Europea: Francia y sobre todo, Alemania, países que, está demostrado, sólo miran por intereses propios tratando de arrastrar en su peligroso juego a otros países. Zapatero ha cometido el error de querer equipararse a ambos, cuando los datos macroeconómicos nos dicen que ni España tiene las cifras de desempleo, ni de déficit, ni de competitividad económica que presenta Berlín. Creer lo contrario es de ilusos.

Los últimos globos sonda del Gobierno central atañen a un impuesto que eliminó el propio Zapatero justo cuando todo el mundo hablaba abiertamente de crisis y él aún creía en los cuentos de hadas de la “desaceleración”. El Impuesto de Patrimonio volverá, en versión 2011, suficientemente retocado y con la pátina de un lema triunfador en la crisis: que pague más quién más tiene. ¿Un brindis al sol? Eso parece.

Lo de imponer un techo de gasto en las cuentas públicas parece, a primeras de cambio, una medida acertada. Incluso el señor Rajoy ha salido de su letargo para apoyarla. Pero si en este país el Estado del Bienestar se ha estado construyendo a base de déficit (controlado eso sí, pero nunca limitado como pretende ahora el Ejecutivo), lo que nos queda por preguntarnos es ¿podremos seguir manteniendo el gasto social que ha caracterizado a nuestro sistema democrático en estos últimos años? ¿Ha tocado Zapatero techo en sus políticas?

Foto: El Pueblo.

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