martes, 26 de julio de 2011

IGUALDAD QUE NO DA IGUAL


E
l poder, y más concretamente el poder político, continúa en manos de los hombres. Pese a las medidas de fomento de la igualdad en todo ámbito de la sociedad y también en los puestos más representativos del escalafón político, la última estadística oficial confirma que los puestos más importantes del Gobierno están en manos de ellos: hasta un 67 por ciento de los altos cargos de la Administración General del Estado son de sexo masculino. Si bajamos a una esfera más local, el papel de la mujer emerge de forma más clara: en Albacete, la Alcaldía la detenta una mujer (en el anterior periodo corporativo, también), mientras que la portavocía de IU recae también en otra, y las mujeres abundan en la bancada socialista. Además, de las cinco candidaturas que optaron a la Alcaldía el pasado 22 de mayo, cuatro de ellas fueron encabezadas por mujeres.

Otra cosa es la igualdad entre hombres y mujeres del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que se queda en foto del Consejo de Ministros. En cuanto se baja al segundo, tercer o cuarto escalón, la preponderancia masculina en los sillones más importantes del Estado vuelve a ser tan indiscutible como que el 67 por ciento de los altos cargos son hombres.

Expresado en cifras, y a partir del último informe sobre función pública en la Administración General publicado recientemente, hay un total de 340 altos cargos en el poder central, de los que 231 son hombres y sólo 109 mujeres. La diferencia entre sexos se mantiene en el total del funcionariado civil, aunque la cifra está desvirtuada a favor de ellos debido a las fuerzas de seguridad. En cualquier caso, las tasas a favor del sexo masculino rozan el 70 por ciento.

Y si hasta aquí la desigualdad es importante, en la administración militar la balanza se vuelca hacia los varones con un 90 por ciento de presencia, a pesar del gran avance femenino en la tropa en las dos últimas décadas. Sólo en la Justicia y en la Seguridad Social las mujeres son mayoría, con una representación del 63,6 y del 60 por ciento, respectivamente.   

La distancia entre géneros en los altos cargos se mantiene sin contar a militares de carrera, policías y guardias civiles. En esta comparación, la mujer siempre va a salir perdiendo, por muchas políticas de igualdad que se empeñe el Gobierno de Zapatero en poner en marcha. Y si nos vamos a la empresa privada, piensen en cuántas mujeres dirigen grandes empresas, bancos, corporaciones, etcétera... Con los dedos de una mano se cuentan... y sobran.

Y no hablamos ya de los sueldos, porque aquí la diferencia ya es escandalosa. Ellas siempre están uno o dos escalones por debajo de ellos. El machismo recalcitrante que ha "gobernado" la sociedad española durante decenios está detrás de esta conducta que aunque se quiera reparar, parece que es algo ya inherente e incorruptible. Es algo triste, pero es esta triste realidad en la que vivimos.

Foto: fotografias.net

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