martes, 28 de junio de 2011

CALENTAMIENTO LOCAL


T
iempo de calor, verano en la ciudad, que cantaban los Lovin' Spoonful hace unos añitos. Y todo esto trasladado a nuestra ciudad significaría, en circunstancias normales, que todo se detendría poco a poco hasta que el amanecer de septiembre nos haría revivir de nuevo al ritmo de la Septembrina. Tradicionalmente, aquí y en casi todos lados, el verano es época de levantar el pie del acelerador, de que los políticos se dejen ver poco (y casi siempre, en estampas más estivales que otra cosa), y que las redacciones echen humo tratando de buscar como llenar las páginas.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Albacete se enfrenta a un verano interesante, a una especie de calentamiento global (bueno, mejor dicho, local) de temas candentes que no se deben dejar para septiembre, y las vacaciones no deben ser impedimento para que el caudal informativo sea incesante. No en vano, son muchos los temas pendientes que están sobre la mesa de la nueva alcaldesa. Carmen Bayod ya ha abierto la espita de los temas conflictivos, aprovechando que hace unos días presentaba el cartel anunciador de la Feria 2011, para decir, como quien no quiere la cosa (pero queriéndolo, claro), que se estaba trabajando en cumplir una de sus promesas electorales, aquella que se encaminaba a la eliminación de la prostitución y el botellón.

Ríos de tinta hemos vertido sobre ambos temas (un servidor unas cuentas veces). Como premisa de partida, el Ayuntamiento no debe obcecarse en una prohibición como tal. Como decía mi madre, prohibir "no está bonito", por lo que Bayod debe hacer un esfuerzo por englobar todas las sensibilidades presentes en este asunto, darles voz y actuar en consecuencia. Todos tenemos claro que tanto la prostitución como el botellón causan problemas de orden cívico, pero no podemos negar que ir en contra de ellos, sería "atacar" a dos colectivos que también tienen sus razones para ser escuchadas.

Una vez obtenido el entendimiento necesario, habría que avanzar en medidas disuasorias, pero no cercenando por cercenar ambos fenómenos. Probablemente, el botellón sea más fácil de ¿erradicar? (¿en verdad, es la solución?), pero la prostitución está tan enraizada que prohibiendo su práctica puede provocar un efecto contrario al deseado. Además, el marco de alegalidad en el que se mueve esta práctica hace difícil discernir qué competencias puede tener el Ayuntamiento para actuar contra ella.

Tengo meridianamente claro, viendo el percal y observando experiencias en otras ciudades, que las prisas no pueden ser buenas compañeras en este "viaje". Una vez cerrada la vía del debate, los esfuerzos se deben encaminar a poner en pie todo un entramado de alternativas a ambas conductas, pero claro, este es el camino largo, el complicado, el que se debe coger, pero no se sabe si se tomará. Lo fácil es lo otro... lo fácil y lo peligroso.

Foto: cuatesaurio.blogspot.com

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