martes, 1 de marzo de 2011

COPA Y PURO


C
on los rescoldos de la huelga de hosteleros del lunes aún ardiendo (metafórica y literalmente, y si no que se lo digan a algún establecimiento que sufrió las iras de sus “compañeros”), queda por ver ahora la respuesta de las administraciones, aunque tampoco hace falta que la esperen, ya se lo adelanto yo. No pasará nada porque este amago de huelga ha sido improvisado, interesado y teledirigido. Se ha hecho, tal y como dijo algún hostelero reacio al cierre, porque había que cumplir el expediente, y se ha hecho en lunes porque ese es el día en el que cierra el 90 por ciento de los locales de hostelería de Albacete. Curiosamente, la patronal hostelera dice que el seguimiento de la huelga en la capital ha sido de un 90 por ciento. Revelador.

Además, los hosteleros ya están actuando contra la Ley Antitabaco. Están subiendo los precios, algo que están en todo su derecho de hacer. Ya lo dije la pasada semana. Cuando llegó el euro, redondearon al alza... y nadie se echó a la calle para recriminarles esta actitud.

Del cigarrillo a la copa. La pasada semana, el Pleno del Ayuntamiento aprobaba la Ordenanza Reguladora de Espacios Públicos en un clima de consenso casi total. La nota discordante viene dada por el Partido Popular que no ceja en su empeño de penalizar el botellón sin ánimo ni siquiera de hablarlo. Tampoco me gusta la distinción que se hace entre botellón cívico o incívico, ya que, aunque la Policía no tendrá capacidad interpretativa según la norma recién aprobada, al final los agentes se dejarán guiar por el instinto y por las quejas vecinales, con lo cual, al final se perseguirá al que hace botellón.

Sin embargo, es loable el empeño mostrado por administraciones, partidos políticos, asociaciones de jóvenes, vecinos y hosteleros, en buscar un acuerdo de máximos y lo suficientemente amplio como para no fastidiar a nadie. El diálogo ha fluido, aunque es de esperar que en los dos años en los que la Ordenanza estará a prueba, sufrirá alguna que otra modificación, algo lógico por otra parte.

Lo que queda merdianamente claro es que el botellón queda reconocido como un fenómeno, que guste más o menos, existe y que se produce no porque a un joven le apetezca tomarse un cubata a tres bajo cero, sino porque los precios que marca la hostelería están fuera de su alcance. Parte de la solución ya lo han dado en otras ciudades. Los hosteleros llegan a acuerdos con los ayuntamientos para rebajar tasas (por ejemplo, las terrazas), y se comprometen a tener menos márgenes de beneficios por copa, para recuperar con precios más asequibles a la juventud “perdida” en botellones. Pero mucho me temo que eso no se va a dar en Albacete... es que hay mucho humo que ciega el empeño de algunos dueños de bares...

Foto: M. Carmen Jiménez.

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