viernes, 11 de febrero de 2011

UN POCO DE MUCHOS


A
lgunos quisieron enterrarlo. Otros recelaron de una retirada subrepticia. Finalmente, unos pocos lamentaron que el euro solidario dejara de ser patente de corso del equipo de Gobierno municipal que había tomado la bandera de los servicios sociales como propia.

Sin embargo, nadie tenía razón (o quizás la tuvieran todos, aunque fuera sólo un poco). El euro solidario vuelve, en realidad envuelto en otros ropajes. El Ejecutivo local ha querido retomar los fondos dispuestos para ayudar a las familias a través de ese famoso euro que gravaba ciertos impuestos, tasas y precios municipales. Ahora se tratará de asistir a unidades familiares en peligro de exclusión social con esos remanentes y con el requisito de devolución pasado un tiempo para que el fondo pueda ser útil a otras personas que tampoco lo pasan bien en esta dichosa crisis.

No se le puede negar inventiva a este equipo de Gobierno. Al menos miran a la cara a los malos tiempos económicos con decisión y empeño de paliar sus efectos. A veces la cosa puede salir mal pero con una nueva mano de barniz, cierta medida puede ser resolutiva en otras casuísticas. Es lo que ha pasado con el euro solidario, esa apuesta que se hacía desde las filas del Gobierno de coalición hace algo más de un año y que ha sido objeto de luchas partidistas y, todo hay que decirlo, ciertas dosis de demagogia que en ningún momento ayudan a salir de esta situación.

La asistencia social ya no es la hermanita pobre de la política municipal. Pequeñas aportaciones, minúsculas ayudas, poco dinero de muchos, que sirven para atender dramas diarios no tan lejanos. La demagogia es, en estos casos, la que tiene que quedar lo suficientemente alejada.

Foto: Luis Lucas.

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