miércoles, 15 de diciembre de 2010

CANDIDATAS, QUE NO CÁNDIDAS


E
n tiempos de la antigua Roma, a los hombres que pretendían acceder a una oficina o cargo pública los vestían con una toga de color blanquecino debido a que eran revestidas con tiza. Era la llamada toga cándida (de candidus, que significa brillante). Si cualquier ciudadano veía a una de estas personas tocadas con semejante vestimenta, sabía que pretendía acceder a servicio de la res publica.

Pasan los años y siguen existiendo personas con ansias de servir a lo público. Ahora ya no los vestimos con togas brillantes, pero sí que los llamamos candidatos en honor a esos romanos y sus mantos cándidos. A la vista tenemos ese 22 de mayo de 2011 que marcado en rojo en el calendario, enseña el día en que los españoles debemos acudir a elegir a nuestros representantes municipales (y algunos, a los respectivos de la autonomía).

En Albacete, los dos principales partidos, los que tienen posibilidades reales de quedarse con la poltrona de la Alcaldía, visten con la toga cándida a sus primeras espadas. Carmen Oliver, en las filas socialistas, que defiende candidatura por primera vez, y la otra Carmen, Bayod, en la bancada popular, que repite presencia en los carteles, puesto que ya defendió candidatura en 2007.

Dos mujeres y un solo destino. Los augurios dicen que la cosa va a ir bastante estrecha y que cada voto va a contar hasta el último instante. La clave puede estar en que un tercer partido se cuele en la película. IU, sumido en problemas internos, puede ser de nuevo la llave de la gobernabilidad, aunque de momento no ha despejado la incógnita de quién encabezará su lista electoral. UPyD asoma por primera vez con la intención de colarse en el Salón de Plenos.

Oliver y Bayod. Bayod y Oliver. La opción socialista estaba cantada. Este fin de semana se ratificó. La popular, no tanto, puesto que muchos han sido los rumores en los últimos meses sobre quién lideraría la lista del PP. Se hablaba de Marcial Marín. Quizás lo propusieron algunos de dentro que no veían con el suficiente perfil político a una Bayod que ha recorrido la travesía en el desierto en estos tres años y medio. Suena a injusticia el quitar de en medio a una persona que se ha batido el cobre, aunque sí es cierto, que el peso más político de la oposición lo han llevado otros compañeros, mientras que Bayod ha sido la “cara amable” del Grupo municipal del PP.

Por su parte, Oliver tiene un gran reto por delante. En el peor momento para los socialistas a nivel nacional, debe hacer valer su gestión por encima de todo. Estas elecciones son, si cabe aún más para ella, más personalistas que nunca. Si quiere seguir ocupando cuatro años más el sillón de Alcaldía va a tener que jugársela en unos meses en los que tendrá que multiplicar esfuerzos para hacer llegar el mensaje que por encima de la crisis que atenaza al país, el Gobierno local de los socialistas sigue siendo válido. El Partido Popular tiene claro que no lo es. Su propuesta está sobre la mesa.

Duelo de Carmenes, duelo de estilos. Dos candidatas, ninguna cándida.

Foto: Pablo Lorente.

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