miércoles, 17 de noviembre de 2010

ENCIERRO NO NEGOCIADO


S
i en el país de los ciegos, el tuerto es el rey, y si no hay más sordo que quien no quiere oír, el combate entre empresarios y sindicatos a cuenta de la negociación colectiva parece que sólo va a dejar una víctima en la cuneta: los trabajadores. Curioso, ¿no?

Es escandaloso que a estas alturas, existan más de 40.000 empleados en la provincia que no están sujetos a convenio. Particularmente odioso es que la patronal de comercio impida que la anhelada firma se estampe en un documento (el señor Lorenzo López debería hacérselo mirar). Sin regulación, sin normativa, sin red que los sustente, los trabajadores se sienten desamparados, con derechos parciales y obligaciones totales. Eso en el siglo XXI es una nueva forma de esclavitud.

Pero quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. A buen seguro, los sindicatos tendrían que guardarse el proyectil que tienen reservado para los empresarios puesto que parte de la responsabilidad también es suya. En un juego en el que las cesiones tienen que estar a la orden del día, las centrales sindicales tienen que darse cuenta de que son los empresarios los que generan empleo y que tampoco lo están pasando especialmente bien en un contexto de crisis económica donde el crédito no fluye como tiene que fluir. Actos extemporáneos como la ocupación de una sede empresarial durante 24 horas, no parecen tampoco una medida de presión adecuada. El tiro les puede salir por la culata y además, pueden salir con una denuncia por allanamiento de una propiedad privada.

El caso es que en este diálogo de sordos, como decíamos al principio, quien sale perdiendo es el trabajador. Ni puede disfrutar de plenitud de derechos, ni siente una representatitividad real en brazos de los sindicatos. Ante esta perspectiva, ¿qué les queda? Es momento de mesura y no de salidas de tono. Es momento de hechos y no de gestos sin sentido. Es el momento de hablar... pero para eso hacen falta armas que algunos parecen no tener.

Foto: M. Carmen Jiménez

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