lunes, 2 de noviembre de 2009

LOS PILARES DE LA REVOLUCIÓN


E
l 4 de noviembre de 2008, Estados Unidos vivió otra fecha épica en su historia: acababa de ser elegido su primer presidente negro. Barack Obama se llevó al huerto al americano medio, independiente y desideologizado, que es el que hace ganar o perder unas presidenciales e hizo creer a todos en ese mantra que no se hartó de repetir. El yes, we can puso la nota heroica al ser el catalizador de las esperanzas de millones de personas que veían en el nuevo presidente a un nuevo mesías.

Han pasado doce meses y aunque su índice de popularidad sigue siendo alto, Obama debe clarificar su acción de gobierno. Tenemos que saber si se va a quedar en el presidente de las esperanzas frustradas o en el iniciador de una nueva era en Estados Unidos y en el orden mundial. Si va para Roosevelt (que con su New Deal redefinió el papel hegemónico del país), o se queda en un simple Carter, que a pesar de sus buenas intenciones, ha resultado ser un residuo entre dos etapas de la historia política de EEUU.

Obama empezó fuerte su administración. Sus intentos por cerrar Guantánamo, por acabar con la sangría en Afganistán e Irak, sus planes de reactivación económica y su impulso legislativo en materia sanitaria y energética son buenos cimientos para construir una revolución global, que más o menos es lo que vieron en él algunos de sus más irredentos adeptos.

Sin embargo, falta determinación. Está claro que en un año no se pueden ver objetivos cumplidos, pero Obama puede verse en poco tiempo (si no lo está ya), esclavo de sus promesas, ya que sabe que algunas tendrán que ser matizadas (por ejemplo en el caso de propuestas sobre inmigración o derecho de los homosexuales), y otras ni siquiera se podrán cumplir.

Si el presidente de EEUU es capaz de sacar adelante algunas de estas propuestas (imagínense un sistema sanitario público en ese país), podremos decir que ha triunfado. Le falta definir la estrategia, convencer a los indecisos y apostar por una revolución que lleva pendiente en Estados Unidos desde hace decenios. Una nueva era puede que esté a punto de empezar.

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