miércoles, 5 de agosto de 2009

LA RULETA RUSA


E
n algo seguro que hemos mejorado. El año pasado por estas fechas el paro subía a pesar de que el verano suele ser propicio para la bajada de estas estadísticas. El pasado mes de julio nos trajo nuevas bajadas (como no se veían desde 2004), aunque tampoco estamos como para lanzar las campanas al vuelo.

En este caso todos tienen razón. El Gobierno al felicitarse por el descenso del desempleo gracias a la acción conjunta de la temporalidad laboral inherente a los meses estivales y los efectos del Plan E. Afortunadamente, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha aprendido lo que es la cautela y habla de forma realista al prever un aumento de los no ocupados a partir de septiembre u octubre.

La oposición también es certera en su diagnóstico. La temporalidad no es un salvavidas. Es más, debiera ser algo a eliminar por cuanto lo que interesa para reducir las cifras del paro es crear empleo estable y no coartado por limitaciones temporales. Los sindicatos se suman a este deseo.

Pero el poder ilusionante y tranquilizador que tiene una gráfica descendente entre la población, que al fin y al cabo es la que más sufre la recesión, es algo a tener en cuenta. La gente ya no transita los caminos del pesimismo más exacerbado. Busca clavos (en forma de cifras positivas o gráficas descendentes), a los que agarrarse para creer que estamos saliendo de la crisis, aunque este escenario esté aún bastante alejado, siempre según lo que expresan nuestros representantes políticos y dicta el sentido común. Lo curioso es que, hablándose tanto de cambios en el modelo productivo, cuando en verano desciende el desempleo siempre es en los mismos sectores: servicios y construcción. Para la utopía queda tiempo para soñar y espacio para poder llevarla a cabo, aunque creamos que la empresa es complicada. Si seguimos siendo un país de sirvientes y ladrillo, la próxima vez que juguemos a la ruleta rusa con las cifras del paro, podríamos salir escaldados.

2 comentarios:

Alfonso Piñeiro dijo...

Precisamente, querido Bolaños, precisamente. Pero me da que hay mucho gandul metido a empresario e instalado en las cifras de negocio fácil y recurrente que no se ha enterado de qué va la vaina. Total, a él le da lo mismo: seguirá disfrutando de su finquita en la que da de comer a ministros o a lo que se tercie, y aquí no ha pasado nada. Aunque torres má altas han caído. Reyes sólo existen los borbones, y no lo son del mundo como se creen algunos.

Miguel A. dijo...

¡Qué sólo existen los Borbones! ¡Y los Reyes Magos! Se me ha caido un mito.

Coñas aparte, el otro día hablando con Juan Francisco Fernández comentábamos qué pasará cuando salgamos (si es que salimos) de la crisis. ¿Volvemos al ladrillo? Eso es lo que parecen pensar los que conforman el "modelo productivo español".