martes, 28 de abril de 2009

Y NO TIENE ABUELA



E
l ego subidito, la modestia arrinconada, la suficiencia de creerse superior a los demás y un aura (que él se cree que tiene), de ser que está por encima del bien y el mal. Así hemos visto en la última semana al ínclito ex presidente, José María Aznar. Con más pelo y menos bigote, el ex líder del PP manifestó que con él en el Gobierno no habría esta crisis. Y tan pancho se quedó el chaval. Sus acólitos de la FAES le aplaudieron a rabiar, mientras que en Génova no se si hubo regocijo por sus palabras o pesar por lo que se le puede venir encima al pobre de Mariano Rajoy.

Sobre el gallego pende el recuerdo de ocho años de absolutismo "pepero" encarnados en la figura de Aznar. Él personalizaba todo lo bueno y lo malo que tiene ese partido. Consiguió el despegue económico de España en su primera legislatura (ayudado eso sí, por la dinámica mundial que ya entonces enfilaba la recuperación), y sorprendentemente concitó apoyos que no se esperaban. Lo malo llegó con la mayoría absoluta, como siempre. El Aznar dialogante encontró en su amigo Bush lo que le faltaba: la presencia internacional y el carisma de líder reconocido más allá de los Pirineos. Craso error. Llegaron las malas noticias para el Partido Popular y la pérdida del prestigio ganado en los cuatro primeros años. Aznar lo hizo y él mismo lo deshizo. Murió como político en esos días de amiguismo bushiano, guerras ilegales y mentiras camufladas de dignidad presidencial. En bambalinas, se encontraba un Mariano Rajoy que entre hilillos de plastilina veía el fin del aznarato.

Retirado de la política, Aznar es ahora como el perro del hortelano de la política nacional. Aún cree que su opinión es necesaria y por eso habla de economía, de aborto, de familia y de religión, queriendo sentar cátedra dentro y fuera de su partido. Lo que ignora es que en la sociedad apenas tiene calado lo que diga el ex presidente. Otra cosa es lo que se diga en su partido, donde al parecer la mayoría no echa cuenta de las diatribas de su ex líder. Por eso, porque ya no lo escuchan, Aznar busca abrigo en tiempos pasados que para él fueron mejores. De ahí su foto con su primer gabinete, donde quería reflejar que ese equipo sacó a España de la anterior crisis y de paso, mandar un recadito a Rajoy (otro más): no le gusta su forma de hacer oposición. Curiosamente a él le gusta la que llevó al actual presidente popular a perder por segunda vez ante Zapatero.

Otra cosa es lo de la crisis. Como "ideólogo", Josemari tiene la receta para salir de la crisis. Claro, que es muy fácil decir, pero hacer... Lo suyo consiste en flexibilizar el mercado laboral, vulgo despido por la cara. Desde la patronal se aplaude a Aznar, mientras los trabajadores no saben ya si temblar por los cuatro millones de parados o por que no haya un Aznar, segunda parte.

Aunque lo que me parece más interesante es ver si Aznar aplicaría esa receta si aún se mantuviera en el poder. ¿Despido libre? No, gracias. La última vez le costó una huelga general. Ese es el castigo que reciben los chicos pasados de listo que no tienen abuela.

2 comentarios:

Alfonso Piñeiro dijo...

¿Aznar líder cósmico? No, hombre no. Le guste o no la forma de hacer oposición de Rajoy, si se confirma lo que se dice entre bambalinas el aznarato nunca volverá: dicen que para octubre la Cospe se regresa al feudo castellano-manchego y ponen en su lugar, es decir, como segundo de a bordo, a Gallardón. Hay quien apunta que podría ser el próximo candidato a vicepresidente... o algo más.

Miguel A. dijo...

Hombre, espero que en la vida se le ocurra a Josemari volver al ruedo político. Demasiado tenemos con la gripe porcina, A, nueva, H1N1. En cuanto al resto de tu planteamiento, parece lo mas sensato en el PP, pero... ¿existe sensatez en las decisiones de ese partido?