lunes, 20 de abril de 2009

SOBRE DERECHOS (y III): LA DESPIERTA CONCIENCIA DEL PUEBLO


H
ace unos meses en EL PUEBLO...

Ayer en esta misma editorial les hablábamos del papel que ha jugado en el último medio siglo Amnistía Internacional, en su afán por concienciar a la humanidad sobre los delitos que se cometen contra su propio ser. Hablábamos también de despertar conciencias dormidas, de escuchar alto y claro la voz de los pueblos en repulsa de los atentados contra la dignidad humana. Hacía mucho tiempo que no sentíamos esa pulsión y esa pasión ciudadana por ser contestatarios, inconformistas, beligerantes contra la sinrazón y la barbarie.

Se nos venían a la memoria las multitudes echadas a la calle en aquel 2003 cuando España alzó su voz contra el desguisado de Irak y le dejó claro a Aznar que por ahí no siguiera. Ahora, en 2009, en otro desaguisado en otra parte del mundo, se hace necesaria otra vez una reacción de similares características. El pueblo palestino, sus ciudadanos, la gente de a pie, la que no protagoniza portadas de los periódicos, la que no empuña armas en contra del enemigo hebreo, la que vive sobreviviendo, merece el mínimo gesto que ayer tuvo lugar en la plaza del Altozano. Un grupo numeroso de albaceteños (no vamos a entrar en guerra de cifras porque ni siquiera nos gusta ese tipo de guerra), se puso del lado de los dolientes, de los que sufren y no de los gobiernos, de esos que no se entienden porque no quieren, de los que empuñan armas, ejerciendo el terrorismo de estado, y dijeron que aquí lo que importa es la paz y que en este caso, el ataque desproporcionado viene de Israel. Y si no comparen. Víctimas palestinas, casi 900; víctimas de Israel, no llegan a la veintena.

En una guerra pierde todo el mundo, eso está claro. Igual de lamentables son los caídos de un bando que de otro, pero como viene sucediendo desde 1967, cuando uno ve imágenes de tanques, misiles, artillerías y miles de hombres enfrentándose a tirachinas y piedras, uno lo tiene más o menos claro.

6 comentarios:

Alfonso Piñeiro dijo...

El no a la guerra fue en 2003. Justo un año después explotaron los trenes, lo que no se explica ni justifica por la intervención (logística, dijeron) española, pero es un dato que está ahí para ser manejado.

En los últimos 60 años, ¿hay algún episodio entre árabes e israelíes en el que los segundos no hayan empleado una fuerza desproporcionada?

Ah, para terminar de ser jodón: ¿sinrazón no va junto?

Gracioso el captcha para este mismo comentario, me dice que tengo que escribir "multica". Y pensar que tengo juicio esta semana...

Miguel A. dijo...

Primero: perdón por el lapsus.
Segundo: No hay episodio.
Tercero: Puede ser... mataré a Juan.
Cuarto: ¿Juicio con Josema?

Alfonso Piñeiro dijo...

Algo de eso dice mi agenda. Y las fuerzas legales de momento no lo desmienten. Así que por ahora todo suena más a Stalingrado que a presidente Wilson, por más que yo sea partidario de la diplomacia.

Miguel A. dijo...

Pobre Wilson, ¿dónde quedó su Sociedad de Naciones? ¡Ah, sí! en la ONU. ¿Y dónde quedó la ONU? ¡Ah, sí! Liquidada por una bomba de hidrógeno ajusiano...

P.S.: O debo dejar las drogas o debo dejar de trabajar a estas horas.

Alfonso Piñeiro dijo...

Creo que, por lo que me llega, en ciertas "torrecicas", estupefacientes y relaciones contractuales no sólo son compatibles, sino que su uso combinado es pertinente para asumir realidades que superan a las ficciones. Repito que es por lo que me llega, que yo no sé nada.

Lo de ajusiano lo entiendo como que te ha venido un estornudo... ¡ajús!, lo que dejo escrito por si algún momento, groucho no lo quiera, me tocare declarar.

Miguel A. dijo...

Me he quedado de paté de foie...