jueves, 16 de abril de 2009

SOBRE DERECHOS (I): ARMAS DE CONSTRUCCIÓN MASIVA


E
n diciembre decíamos en EL PUEBLO...

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. ¿Sí o no? Sobre el papel, sí. Negro sobre blanco las utopías valen y las ideas ganan al pragmatismo. En la (cruda) realidad y 60 años después de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (efeméride que celebramos hoy), ese documento queda lastimosamente en papel mojado.

Como documento fundacional de aquello que dio lugar a la percepción universal del respeto a unos derechos básicos, la Declaración nació como algo necesario. Dignidad, progreso, educación, vivienda, trabajo... A modo de Carta Magna universal, el texto “garantizaba” unos principios mínimos que más de medio siglo después se conculcan a diario. Pero no sólo es cosa de ese Tercer Mundo al que vertemos todas las inmundicias de nuestra ¿civilización?. En el Primer Mundo del Estado del Bienestar y de las democracias liberales, derechos exclusivos del ser humano se incumplen con meridiana claridad. Y si no, tomen como ejemplo lo que sucede en Guantánamo.

Ante la simple visión de la realidad queda invalidada la tesis del politólogo canadiense Michael Ignatieff que apuntaba que la Declaración era la primera ocasión en la que se garantizaba a los hombres unos “derechos que podían oponer a las leyes estatales injustas o a las costumbres opresivas”. Sobre el papel, señor Ignatieff. Pero nos interesa lo que ocurre más allá de los márgenes de la Declaración. Y eso no es nada estimulante. Queda tarea por hacer aunque el documento publicado en 1948 por iniciativa de la actualmente denostada ONU, es un punto de partida fundamental. Construyamos sobre la Declaración Universal de Derechos Humanos y apliquemos medidas concretas y decididas en tantos asuntos que aún están manga por hombro. Empecemos por ejemplo por la educación por ser la base de nuestra personalidad y creamos que es una arma de construcción masiva.

2 comentarios:

Alfonso Piñeiro dijo...

Editoriales, los recibimos con alegría (póngase tonadilla de Bienvenido, Mr. Marshall). Los grupos que en AB mejor defienden esta materia son Amnistía (a pesar del quebradero que dieron en su día a nuestro buen Manuel Ureste), y ACPP, que tienen fuerza inusitada en CLM. Y que sigan. Gente como su coordinador regional escasea, y por eso resulta tan necesaria.

Miguel A. dijo...

En los meses que llevo aquí, creo que el reportajillo que mejor me ha salido y con el que más satisfecho me siento, fue el que hice con la gente de AI... Que se repitan...

Ya veo que el Confidencial empieza a dar guerra, y también a ser comidilla de conversaciones fugaces apegados a la máquina de café de EL PUEBLO...