lunes, 6 de abril de 2009

INDIGENTES MORALES


A
l parecer soy un indigente moral. Yo y todos los pseudo progresistas que pensamos que la Iglesia Católica no debe meterse donde no la llaman, que no debe hacer llamamientos a la vida la misma semana que Benedicto XVI hace apología de la muerte con su “no al preservativo”. Pero para los que opinamos diferente, los que vemos la vida (y la muerte) de otra forma, los que tenemos capacidad de libre pensamiento sin ser coaccionados por un ente espiritual, ni lo que es peor, por sus acólitos aquí en la Tierra, somos los indigentes morales, los que no podemos rechistar cuando una ¿marea humana? sale a las calles azuzados por los obispos (esos que se dedican a saltarse a las torera leyes sin que nadie les afee su conducta), a comparar bebés con linces ibéricos.

Estoy completamente convencido de que en algún lugar de este mundo hay personas que verán la pertinencia de la existencia de una institución caduca como la Iglesia Católica. Una institución acostumbrada a manosear y a intentar influir en asuntos políticos. ¿Y si no, a qué vienen sus soflamas contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía? ¿Qué desean intentando coartar la libertad de la mujer a decidir qué quiere hacer con sus embarazos? ¿Por qué niegan a ciertas personas optar por SU vida y SU muerte diciendo no a la eutanasia? Va en contra de la vida, estoy de acuerdo. Pero, ¿no iba en contra de la vida apoyar un golpe de estado fascista que originó una cruenta guerra en este país? ¿No va contra la vida silenciar el Holocausto nazi? ¿No va contra la vida prohibir el uso del condón en África permitiendo así que millones de personas muriesen en ese continente por seguir las “enseñanzas” del actual pontífice y del anterior? ¿Qué es genocidio según los “ricos morales”?

Esto es lo que le ocurre a los que hablan de “universalidad de la Iglesia” (obviando que hay millones de creyentes en otras religiones), y de la “infabilidad de los dogmas”, que como todo el mundo sabe, han sido comprobados empíricamente. Así nos luce el pelo señores, en un país que quiere ser de la Primera División, pero que con sus carpetovetónicos y cerriles planteamientos basados en anacronismos como la fe en este Iglesia Católica que tan poco se parece a la que alumbraron los primeros cristianos, estamos anclados en una Tercera División en la que no vamos a alcanzar el play off de la “salvación”.

Una Iglesia, que no olvidemos, sostenemos todos, a pesar de que algún “rico moral” exclama a los cuatro vientos que es autónoma e independiente. Impuestos de todos los españoles, prebendas a través del Concordato con la Santa Sede (que habría que revisar ya si alguien tuviera bemoles), privilegios como “única religión española” (eso es lo que parece),... Ahí tenemos la autonomía de esta Iglesia.

Y es que “la vida es bella” como decía Roberto Benigni, pero claro los trapos sucios de la casa de cada uno, mejor no lavarlos y así surgen escándalos de pederastia y abusos cometidos en nombre de la fe per saecula saeculorum. La memoria, al igual que la mentira, tiene las patas muy cortas. Doy fe de ello.

No hay comentarios: