lunes, 2 de marzo de 2009

YA NADA VOLVERÁ A SER IGUAL



A
pasionante jornada electoral la que se vivió ayer en Galicia y el País Vasco. E interesante el panorama que se abre (novedoso a todas luces), en ambas comunidades.

En los que fueron antaño territorios de don Manuel Fraga, un discípulo suyo, aunque a priori, no continuista con la labor del viejo dinosaurio popular, abrirá una nueva etapa de Gobierno conservador tras el lapso que significó el bipartito de PSOE y BNG. Se las prometían ambos muy felices al creer que el pueblo gallego respaldaría de nuevo esta opción de Gobierno. Sin embargo, ha vuelto a salir a la luz el gusto por el tradicionalismo de aquella región. Galicia es y seguirá siendo popular, por mucho que hace cuatro años socialistas y nacionalistas encontraran un resquicio para intentar cambiar el rumbo ideológico de aquella comunidad. Feijóo cuenta ahora con mayoría absoluta para demostrar que puede superar la gestión de Touriño... y la de Fraga.

Por su parte, el lío se ha instalado en Euskadi. Ibarretxe ha pagado caro su deriva soberanista, y el fulgurante ascenso socialista en las elecciones generales se ha visto refrendado en la jornada de ayer. Patxi López tiene ahora la sartén por el mango pero la papeleta que le ha tocado al socialista no es de agrado, puesto que no lo tiene nada claro. En campaña se hartó de decir que no quería nada ni con el PNV, ni con el PP, pero ahora va a tener que aclarar el futuro de los vascos con una decisión que causará, sea cual sea, polémica.

Por un lado, López puede postularse como lehendakari, pero necesita los apoyos de la gente de Antonio Basagoiti. El escaño de UPyD no le vendría tampoco mal. Un Gobierno en minoría sería una auténtica majadería y una tomadura de pelo para los electores, pero para los vascos que están hartos de casi tres décadas de peneuvismo, dejar que Ibarretxe siga al frente de la lehendakaritza cuatro años más puede ser un sufrimiento que no desean. Las cartas están boca arriba. Hagan juego.

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