miércoles, 25 de marzo de 2009

LA CUESTIÓN EDUCATIVA


L
a crisis económica que no nos da tregua trae implicaciones secundarias, algunas tremendamente dolorosas como la gente que queda en situación de desempleo y el aumento de la pobreza, un proceso que parece generalizarse en los últimos tiempos. A algún gurú de la cosa económica se le habrá ocurrido la idea de recortar gastos para que el déficit no aumente por encima de lo recomendable, y casi siempre, el aspecto que suele salir mal parado cuando se aplica esta receta neocon es el de políticas sociales, entre ellas la educación.

Si hacemos caso al presidente Zapatero, la crisis no va a afectar a ese gasto social. El Gobierno quiere proteger el Estado del Bienestar, y la inversión en educación no decaerá. También apuesta por ello el Gobierno regional presidido por José María Barreda. Hace unos días, la consejera del ramo inauguraba la remodelación de una residencia de estudiantes de Secundaria que existe en la ciudad, y en la que la inversión ha sido de un millón de euros. Brindamos por estas iniciativas, pero entrando en un análisis más pormenorizado, uno de los grandes fracasos de las últimas legislaciones en materia educativa, ha sido precisamente, la escasez de medios y de inversión. Este hecho ha imposibilitado que leyes que sobre el papel eran acertadas como la LOGSE y la LOE, hayan nacido lastradas por taras importantes y que su aplicación práctica haya sido objeto de críticas furibundas por parte de la oposición (en ocasiones, con razón).

Por otra parte, parece que el entramado legislativo de la LOE no es tan sólido como el pretendido, habida cuenta de que la pasada semana el Supremo estimaba un recurso de la Federación de Española de Religiosos de Enseñanza por el cual se anula el pasar de primero a segundo de Bachillerato con más de dos asignaturas suspensas. El concepto de promoción no ha sido bien explicado y la ley deberá reformarse. Esperemos que con el parcheo, la sociedad se vea beneficiada con un remozado sistema educativo.

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