martes, 3 de marzo de 2009

DIÁLOGO DE BESUGOS


S
ean acertadas o no las medidas que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha puesto en marcha para aliviar (sí sí, aliviar, porque de eliminar la recesión, que se vaya olvidando), lo que no se le puede negar al presidente es voluntad para que los efectos de la mala coyuntura económica no afecten en demasía a los pobres que sufrimos en nuestras carnes las perversidades de la "mala economía". Nadie le puede echar en cara (bueno sí, se lo pueden echar, pero estarán equivocados), que ZP no hace nada para salir de esta situación.

Otra prueba más del esfuerzo del Ejecutivo por intentar poner un poco de orden en todo este marasmo es la reunión que ayer tenía lugar en el Ministerio de Trabajo para intentar llegar a la concertación social a través de un acuerdo en el que se impliquen patronal, sindicatos y el propio Gobierno. Pero ahí nos topamos con la piedra en el camino. Los empresarios (tan listos ellos), quieren flexibilizar el despido. Que bonito. Su razonamiento poco racional es el siguiente: si una empresa puede despedir con mayor facilidad, tendrá más dinero para continuar con su actividad y crear empleo. ¿Cómo? ¿Despides para contratar a otra persona? ¿Nos han tomado por tontos? ¿O los tontos son ellos? A mi no me extraña que algún día pidan lo del despido gratis, que alguno lo habrá pensado ya.

Al "tacto" de la patronal ya estamos acostumbrados. Ahora me estoy acordando de otros empresarios... los que montan su propio negocio abocándose a ser autónomos. Ellos sí que están desprotegidos, desamparados y están sufriendo las consecuencias de los desmanes de la economía en primera persona.

También quiero reivindicar y hacer propias las declaraciones que este fin de semana hacía a EL PUEBLO el eurodiputado Alejandro Cercas. El histórico político socialista ha luchado con denuedo en Bruselas en contra de la infamante jornada laboral de 65 horas que algunos propusieron ante el Parlamento Europeo, entre ellos, un tal Sarkozy cuyo simplista planteamiento para defender esta atrocidad era el de "si se trabaja más, se produce más y hay más riqueza". Más, más y más... Más tonto imposible. Algunos como el presidente francés van en contra de todo lo que ha significado durante años la construcción europea y aún más, torpedea todo por lo que algunos hemos envidiado durante años al país vecino. Se ha querido cargar el carácter laico de la Constitución francesa y ahora ha ido en contra de la lucha obrera en busca de mejoras en las condiciones del trabajo. Recuerdo que no hace mucho, en París se manifestaban miles de personas por las 35 horas semanales. De 35 a 65, casi nada.

Y hablando de sindicatos... Al otro lado de la mesa negociadora que ha propuesto el Gobierno, están los sindicatos buscando su norte. En Comisiones Obreras, Fernández Toxo sigue aterrizando, mientras que en UGT, Cándido Méndez se mantiene al frente de la nave del sindicato socialista, pero...

Pero en ambas aceras se pide a gritos un cambio en el sindicalismo que practican. Corren nuevos tiempos y da la impresión de que las centrales obreras no se han adaptado. No vale con consignas primeromayeras, sino verdadera acción de defensa de los trabajadores. En ocasiones eso se echa en falta, porque con unos (patronal) y otros (sindicatos) mimbres, el que tiene que hacer el canasto lo va a tener más que complicado.

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