martes, 17 de febrero de 2009

EL GOLPE DE LOS CHUSQUEROS



V
ergonzoso. Si tienes ganas de dar un golpe de Estado, hazlo con arte, salero, el guión aprendido y dos cojones. Pero el 23-F del 81 lo que hubo fue desatino, ponzoñosas actitudes por parte de los militronchos y los beneméritos, olvidos clamorosos en el deshilachado guión y... dos cojones, eso sí, que para eso los golpistas eran españoles de pura cepa. Que conste... aunque parezca filotejerista, nada más alejado de la realidad. Lo que pasa es que por más que veo las imágenes de esa tarde me entra la risa tonta viendo lo chusquero que fue todo. Por ejemplo, entrando en el Congreso de los Diputados pistolón en mano, con el uniforme de gala y creyendo que con 30 agentes se iban a meter en el bolsillo a todos los españoles. ¡Venga ya, Tejerín!. Luego, se supieron otros episodios de risa, motivo de la burla, la mofa y la befa más absoluta. Como existía el peligro de que los del exterior cortaran la luz, al bigotes sólo se le ocurrió sacar la estopa de los sillones (por cierto isabelinos, muy bonitos), y quemarla por si se iba el fluido eléctrico. Claro, meten fuego a aquello y arde todo el Congreso, con el bigotes por delante. Listo el chaval.

El golpe fue cómico desde el principio. Un tipo que ya fue advertido judicialmente (no fue ni encarcelado), un año antes por lo de la Operación Galaxia, se le ocurre la genial idea de querer ser golpista again. Le comió el coco a otros fachillas como Milans del Bosch (un tonto con pistola, lo peor que te puedes encontrar) y al ínclito de Armada (que se creía que se iba a comer algo y que luego fue traidor de los traidores), y a secuestrar a sus señorías, que seguro que se cagan por la pata abajo. Luego hubo actitudes execrables pero vuelvo sobre lo mismo. Ese fue un golpe de risa aunque a algunos españoles lo primero que le dio fue un golpe de tos seca (y sin Iniston ), al ver a la Menetérica entrar en el Congreso. Flaco favor le hizo Tejerín al Instituto Armado. Tuvieron que pasar muchos años para que este cuerpo recuperara su prestigio.

Pero alejándome del análisis de las causas de la asonada (eso se lo dejo a los doctos en la materia), me queda una duda y una certeza. Empiezo por la última. Afortunadamente, España se supo sobreponer a este sustito. El país tenía problemas más importantes que los intereses de poder de unos fachillas que no creo que ni quisieran honrar la memoria del franquismo con esta comedia. Simplemente querían ser protagonistas después de estar muchos años en segunda línea durante la dictadura. La crisis económica (ríete tú de la actual), y la política eran absolutamente reales y el país necesitaba un revulsivo. El pobre de Calvo Sotelo tan sólo pudo capear el temporal y pilotar con el automático hasta que llegó el tornado Felipe, foco de esperanzas luego rotas para algunos. Lo que sí provocó la llegada del PSOE al poder fue que la democracia en España por fin se normalizaba. Tan sólo queríamos eso.

La duda me ha sumido en estos últimos días en cierto desasosiego. De los juicios posteriores al 23-F (por cierto, que bien salieron Tejerín y los suyos de todo eso), tan sólo se encausó a un civil. Pero es que la trama civil existió. Alguien debería preguntarse quién o quiénes participaron. Sería interesante por el bien de la democracia. Por el bien de todos.

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