sábado, 14 de febrero de 2015

Todos los hombres de Pablo

En 1949, Robert Rossen despachó una de sus grandes películas. En España se la conoce como El político, mientras que su título original es All the king's men (Todos los hombres del rey), nomenclatura que luego fue aprovechada por Alan J. Pakula para su maravillosa adaptación del libro homónimo que narraba el caso Watergate. En el film de Rossen, un político salido de la nada y cuya principal obsesión era luchar contra el sistema establecido y la corrupción, acabado enfangado precisamente por todo aquello que denunciaba. Yo no miro a nadie...



“Los medios de comunicación tienen que tener control público”.

Miedo... Como periodista y como ciudadano.

Esto lo dice el líder de Podemos, estrella fulgurante de la política patria y auténtico madafacka actual, Pablo Iglesias en un libro de Jacobo Rivero que fue publicado tras las elecciones europeas.

Poco o nada se ha hablado de las medidas que Iglesias y los “circulinos” quieren implantar si llegan a gobernar. Un control de los medios de comunicación públicos y privados. De lo público ya lo sabíamos porque todos los gobiernos en mayor o menor medida han metido mano en la radiotelevisión pública, pero lo de intervenir en medios privados desprende tufo. Me van a permitir ustedes que me tome la licencia de declararme en contra de cualquier tipo de intervencionismo y/o manipulación de la prensa libre. Soy un idealista y me voy a morir así.

Podemos quiere meter mano en la prensa libre. A mi hay parte de esa prensa libre que me parece una puta mierda, pura bazofia, pero quiero que sea una mierda libre al servicio de tal o cual interés. Pero libre. Entrar en una guerra sin cuartel con los dos “imperios” mediáticos (uso la nomenclatura “circulina”) que existen en nuestro país puede dejar mucha sangre en el campo de batalla y sería una torpeza absoluta por parte de Iglesias y los suyos. Pero allá ellos y quienes les voten.

"Si el derecho a la información es un derecho democrático, la concentración de la propiedad es incompatible con ese derecho". Chorrada absurda. Se da la circunstancia de que vivimos en una sociedad capitalista en el que la empresa privada genera riqueza y eso no molesta a casi nadie, salvo si eres Fidel Castro. Si hay una corporación que tenga suficientes recursos para concentrar varios medios de comunicación, no podemos meter la mano para evitarlo. ¿Qué propone Podemos? ¿Una nacionalización de los medios para que todos tengan el mismo punto de vista, el de Papá Estado? Chorrada absurda, ya les digo. Lo que tienes que hacer si no te gusta la "manipulación" de Atresmedia o Mediaset (o la Iglesia con la Cope), es tratar de hacer de la libertad lo que impere en la información de RTVE (o sea, que te puedan criticar a gusto si lo haces de puta pena, en caso de que seas presidente).

Venga Miguelito, la has cagado porque Pablo apunta en el libro a que no tiene por qué ser el Estado el que gestiones de manera directa esos medios: "¿Por qué no va a existir una regulación que garantice la libertad de prensa en el mejor sentido del término, sin condicionantes de empresas privadas o de la voluntad de partidos políticos? La sociedad civil tiene que verse reflejada con independencia y veracidad en los medios de comunicación", dice Iglesias. Ese Jauja periodístico existiría si las condiciones laborales de la profesión no fueran las que son (y las que eran antes de la crisis). El modelo Todos los hombres del presidente ya murió. No existen intrépidos plumillas a la búsqueda de la noticia. Gargantas Profundas hay en cada esquina. Todo está calculado y todo está pagado para que salga de tal o cual manera. Ojalá la sociedad se viera reflejada en la información que se publica en los medios, pero tengo claro que eso no puede venir de una regulación estatal. La solución vendría de un cambio de modelo, de estrategia empresarial que posibilite una tercera vía en el mundo del periodismo, pero como hoy el cuarto poder se confunde con los otros tres, mal van dadas las cosas.

En fin, podría seguir, pero me llamarían casta, porque todo lo que sea criticar a Podemos es casta y de la mala. Pero os dejo una idea para que le vayáis dando vueltas: si los “circulinos” siguen pensando en que sus ideas sobre los medios de comunicación son ideales de la muerte, los periodistas no tendremos más remedio que someternos a algo muy peligroso: la autocensura hecha ley.

Miedo, mucho miedo...

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